Festival de Teatro de Bogotá se alista para subir el telón con sabor caribeño
"María Barilla" es la primera obra colombiana que inaugura el certamen teatral en sus veinticuatro años de historia, lo que supone para su director, el bogotano Pedro Salazar, "un gran honor y una gran responsabilidad".
El XIII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB) arranco el viernes 23 con un torrente de sabor y color caribeño de la mano de la producción colombiana "María Barilla", a la que seguirán un centenar de obras hasta el 8 de abril.
"María Barilla" es la primera obra colombiana que inaugura el certamen teatral en sus veinticuatro años de historia, lo que supone para su director, el bogotano Pedro Salazar, "un gran honor y una gran responsabilidad", como confesó hoy en una entrevista con Efe en el marco de una presentación de la obra a los medios.
La misión de Salazar no termina en el festival, sino que después iniciará una gira que llevará el musical a escenarios de Ecuador, Chile, Argentina y Costa Rica.
La historia de María Barilla, toda una "leyenda" en el Sinú, región del caribeño departamento colombiano de Córdoba, es la de una mujer que luchó por transformar las relaciones laborales entre trabajadores y patrones, todavía marcadas por la esclavitud, "a través de la música, de una cultura y una fuerza de un pueblo", detalló Salazar.
De María de los Ángeles Tapia, nombre de pila de la protagonista, se sabía muy poco, recordó el director colombiano: "Había gente que decía que era una prostituta que bailaba como los dioses, otra gente decía que no era una prostituta, era una mujer de servicio, una mujer solidaria".
"Entonces María Barilla es una mujer que es el arte que está por encima del conflicto. Está más allá de la lucha política. Es cuando la música y el baile están por encima de eso" y lleva a su pueblo a trascender a través de "la gozadera de la parranda, pero con un profundo dolor", explicó Salazar.
Tambores, gaitas e instrumentos de viento, un colorido vestuario y una rica escenografía acompañan a la actriz colombiana Natalia Bedoya, quien interpreta a la bailadora que cambió su apellido por un amor intermitente, el del vaquero Perico Barilla, que representa el galán Julián Román.
Canciones tradicionales alternarán con otras piezas creadas por el fallecido compositor Pablo Flores y por el autor del proyecto, el productor colombiano Leonardo Gómez, y harán juntas un viaje por los ritmos de la región interior del Caribe colombiano: el bullerengue, la cumbia, el garabato y, sobre todos ellos, el porro.
"El porro es un ritmo de la región parecido a la cumbia que se baila con mucha elegancia. Cuando yo veo a la gente bailar el porro siento que hay una tradición medieval que heredamos de Europa que se mezcla con los ritmos no sólo africanos, sino también de los indios de la región", aclaró el director.
Para Salazar, abrir el festival con semejante muestra de la música colombiana es una oportunidad para demostrar la riqueza de su cultura e identidad, algo en lo que a su juicio ha insistido siempre el FITB.
"El Festival ha cambiado lo que es la imagen del teatro" para los colombianos, admitió, antes de subrayar que la oportunidad de haber podido ver en los escenarios bogotanos del certamen a los grandes del teatro europeo, africano y latinoamericano ha llevado a moldear un estilo propio.
"Creo que eso nos ha ayudado a tomar más riesgos desde lo que nosotros somos y no sólo para copiar, que es algo que tendemos a hacer y creo que podemos generar nuestras tendencias acá", sostuvo Salazar, un joven director formado en escuelas de Nueva York y París y es ya toda una referencia en las tablas colombianas.
Como es costumbre en el FITB, un sinfín de nombres propios del teatro internacional desfilarán por sus más de 20 salas y espacios, que también incluyen el espacio urbano para que 14 compañías de teatro tomen Bogotá.
En esta edición, destacan entre los participantes el actor estadounidense Tim Robbins, la actriz serbia Mirjana Karanovic, la bailaora española Cecilia Gómez y su paisano, el actor Juan Echanove, quienes formarán parte de las 105 obras que representarán más de 60 compañías internacionales.
El próximo sábado, la directora del FITB, Ana Martha de Pizarro, recorrerá con chamanes las calles de la capital colombiana para dejar inaugurada la XIII versión del Festival, que pondrá la mirada sobre Europa Oriental y en concreto en Rumanía, como país invitado de honor.
La misión de Salazar no termina en el festival, sino que después iniciará una gira que llevará el musical a escenarios de Ecuador, Chile, Argentina y Costa Rica.
La historia de María Barilla, toda una "leyenda" en el Sinú, región del caribeño departamento colombiano de Córdoba, es la de una mujer que luchó por transformar las relaciones laborales entre trabajadores y patrones, todavía marcadas por la esclavitud, "a través de la música, de una cultura y una fuerza de un pueblo", detalló Salazar.
De María de los Ángeles Tapia, nombre de pila de la protagonista, se sabía muy poco, recordó el director colombiano: "Había gente que decía que era una prostituta que bailaba como los dioses, otra gente decía que no era una prostituta, era una mujer de servicio, una mujer solidaria".
"Entonces María Barilla es una mujer que es el arte que está por encima del conflicto. Está más allá de la lucha política. Es cuando la música y el baile están por encima de eso" y lleva a su pueblo a trascender a través de "la gozadera de la parranda, pero con un profundo dolor", explicó Salazar.
Tambores, gaitas e instrumentos de viento, un colorido vestuario y una rica escenografía acompañan a la actriz colombiana Natalia Bedoya, quien interpreta a la bailadora que cambió su apellido por un amor intermitente, el del vaquero Perico Barilla, que representa el galán Julián Román.
Canciones tradicionales alternarán con otras piezas creadas por el fallecido compositor Pablo Flores y por el autor del proyecto, el productor colombiano Leonardo Gómez, y harán juntas un viaje por los ritmos de la región interior del Caribe colombiano: el bullerengue, la cumbia, el garabato y, sobre todos ellos, el porro.
"El porro es un ritmo de la región parecido a la cumbia que se baila con mucha elegancia. Cuando yo veo a la gente bailar el porro siento que hay una tradición medieval que heredamos de Europa que se mezcla con los ritmos no sólo africanos, sino también de los indios de la región", aclaró el director.
Para Salazar, abrir el festival con semejante muestra de la música colombiana es una oportunidad para demostrar la riqueza de su cultura e identidad, algo en lo que a su juicio ha insistido siempre el FITB.
"El Festival ha cambiado lo que es la imagen del teatro" para los colombianos, admitió, antes de subrayar que la oportunidad de haber podido ver en los escenarios bogotanos del certamen a los grandes del teatro europeo, africano y latinoamericano ha llevado a moldear un estilo propio.
"Creo que eso nos ha ayudado a tomar más riesgos desde lo que nosotros somos y no sólo para copiar, que es algo que tendemos a hacer y creo que podemos generar nuestras tendencias acá", sostuvo Salazar, un joven director formado en escuelas de Nueva York y París y es ya toda una referencia en las tablas colombianas.
Como es costumbre en el FITB, un sinfín de nombres propios del teatro internacional desfilarán por sus más de 20 salas y espacios, que también incluyen el espacio urbano para que 14 compañías de teatro tomen Bogotá.
En esta edición, destacan entre los participantes el actor estadounidense Tim Robbins, la actriz serbia Mirjana Karanovic, la bailaora española Cecilia Gómez y su paisano, el actor Juan Echanove, quienes formarán parte de las 105 obras que representarán más de 60 compañías internacionales.
El próximo sábado, la directora del FITB, Ana Martha de Pizarro, recorrerá con chamanes las calles de la capital colombiana para dejar inaugurada la XIII versión del Festival, que pondrá la mirada sobre Europa Oriental y en concreto en Rumanía, como país invitado de honor.
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